El pasado verano viajé a Berlín y pude visitar este apasionante museo de los videojuegos, que se encuentra en en el barrio de Friedrichshain en Karl-Marx-Allee. En este museo se hace un repaso a la historia de los videojuegos y su impacto en los últimos 60 años, con más de 300 máquinas en exposición. Además el museo se encarga de la preservación de las máquinas y su software para que perduren en el tiempo.
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| Entrada al museo |
El museo se divide en varios apartados y nada más entrar nos encontramos con una sala llena de consolas conectadas a televisores crt, así como una cabina de Neo Geo donde podremos jugar unas partiditas.
Seguimos avanzando y nos adentramos en la zona de consolas y ordenadores, con una inmensa exposición en vitrinas, así como cajones con amplia información de todas ellas para perdernos en su historia. Podremos ver reliquias como la primera consola de videojuegos casera de la historia, la " Magnavox Odyssey" de 1972.
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| Magnavox Odyssey |
En este espacio también encontraremos primigenias máquina recreativas, como la mítica Pong de Atari o la alemana Poly Play de VEB Polytechnik.
Una máquina que llamó mi atención fue la "Painstation", un videojuego basado en Pong en el cual los jugadores usan la mano derecha para jugar y deben mantener la mano izquierda en la "unidad de dolor" de la consola, la cual aplica calor, descargas eléctricas o azotes cada vez que el jugador pierde una bola. Apartar la mano de esta unidad, hace que el jugador pierda automáticamente la partida.
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| Painstation |
En el museo también podemos visitar dos salones arcade, con máquinas recreativas en free play donde podremos disfrutar de grandes clásicos como Gauntlet, Xevious o Frogger entre otros.
Otra zona muy interesante del museo es la de recreación de habitaciones de juego de los años 80-90, las cuales podemos utilizar y sentir que nos trasladamos a aquellos maravillosos años.
Finalmente en la salida podemos visitar la tienda y comprar algún souvenir de recuerdo, así como firmar en el libro de visitas para rubricar nuestra presencia.
Espero que hayáis disfrutado de este pequeño reportaje fotográfico y ya sabéis, si vais algún día a Berlín no dejéis de visitar este apasionante museo, que hará que disfruten tanto los amantes de los videojuegos como el público en general.
¡Hasta la próxima!
